Enoc caminó con el Dios invisible. En los lugares más atestados de la tierra él era su compañero. Recuerden esto todos los que guardan su verdad con sencillez y amor. Los hombres más ocupados tienen más necesidad de mantener a Dios delante de ellos. Cuando Satanás intente introducir sus insinuaciones en sus mentes, pueden entrar en el secreto pabellón del Altísimo con sólo decir: "Así dice Jehová". Sus promesas serán su salvaguardia. En medio de la confusión y las presiones de los negocios encontrarán un lugar tranquilo para descansar. Si quieren confiar en Dios, él será su lugar de descanso.
Lleven a Dios con ustedes a todas partes. La puerta está abierta para todo hijo e hija de Dios. El Señor no está lejos del alma que lo busca. La razón por la cual muchos quedan abandonados en el terreno de la tentación se debe a que no ponen al Señor siempre delante de ellos. Es necesario llevar la lámpara de la vida precisamente a aquellos lugares en que menos se piensa en Dios. Si perdemos de vista al Señor, si nuestra fe y nuestra comunión con él se quebrantan, el alma estará ciertamente en peligro y no se mantendrá la integridad.
El Señor es nuestro ayudador, nuestra defensa. Dios ha hecho provisión para que ninguna alma que confíe en él sea vencida por el enemigo. Cristo está con los que creen en él cuando se ven obligados a relacionarse de cualquier manera con el mundo, y cuando se reúnen en su casa para adorarlo. Meditemos en estas palabras: "Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas. El que venciere sera vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles".
Estas palabras se dan para las personas que aún están relacionadas con el mundo, sujetas a tentaciones e influencias que son engañosas y alucinantes. Mientras mantengan fija su atención en Aquel que es su sol y su escudo, las tinieblas y la oscuridad que las rodean no dejarán una mancha ni una mácula en sus vestiduras. Caminarán con Cristo; orarán, creerán y trabajarán para salvar a las almas que están a punto de perecer. Están tratando de romper las ataduras con que Satanás las ha ligado, y no serán avergonzadas si por fe hacen de Cristo su compañero. El gran engañador presentará constantemente tentaciones y engaños para echar a perder la obra de los seres humanos; pero si confían en Dios, si son mansos, humildes y dóciles de corazón, si perseveran en el camino del Señor, el cielo se regocijará porque ganaran la victoria. Dios dice: "Andará conmigo de blanco, con vestiduras inmaculadas, porque es digno" (Manuscrito 97, 1898).
E. G. White
Lleven a Dios con ustedes a todas partes. La puerta está abierta para todo hijo e hija de Dios. El Señor no está lejos del alma que lo busca. La razón por la cual muchos quedan abandonados en el terreno de la tentación se debe a que no ponen al Señor siempre delante de ellos. Es necesario llevar la lámpara de la vida precisamente a aquellos lugares en que menos se piensa en Dios. Si perdemos de vista al Señor, si nuestra fe y nuestra comunión con él se quebrantan, el alma estará ciertamente en peligro y no se mantendrá la integridad.
El Señor es nuestro ayudador, nuestra defensa. Dios ha hecho provisión para que ninguna alma que confíe en él sea vencida por el enemigo. Cristo está con los que creen en él cuando se ven obligados a relacionarse de cualquier manera con el mundo, y cuando se reúnen en su casa para adorarlo. Meditemos en estas palabras: "Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas. El que venciere sera vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles".
Estas palabras se dan para las personas que aún están relacionadas con el mundo, sujetas a tentaciones e influencias que son engañosas y alucinantes. Mientras mantengan fija su atención en Aquel que es su sol y su escudo, las tinieblas y la oscuridad que las rodean no dejarán una mancha ni una mácula en sus vestiduras. Caminarán con Cristo; orarán, creerán y trabajarán para salvar a las almas que están a punto de perecer. Están tratando de romper las ataduras con que Satanás las ha ligado, y no serán avergonzadas si por fe hacen de Cristo su compañero. El gran engañador presentará constantemente tentaciones y engaños para echar a perder la obra de los seres humanos; pero si confían en Dios, si son mansos, humildes y dóciles de corazón, si perseveran en el camino del Señor, el cielo se regocijará porque ganaran la victoria. Dios dice: "Andará conmigo de blanco, con vestiduras inmaculadas, porque es digno" (Manuscrito 97, 1898).
E. G. White
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